miércoles, 3 de octubre de 2007

Huevos contra el cambio climático


La búsqueda de una energía barata y limpia para el transporte no se detiene. Y aunque el hidrógeno cumple con todos los requisitos para ocupar ese lugar, ya que permite generar electricidad sin emitir gases contaminantes o de efecto invernadero, lo cierto es que producirlo sigue siendo complicado, y contaminante.


Actualmente, una de las formas más comunes para fabricarlo es extraer monóxido de carbono de algún combustible fósil, y combinarlo con agua. De esa manera se obtiene este elemento, el más abundante del universo, pero también el dióxido de carbono (CO2), principal responsable del calentamiento global.


Así que los científicos siguen buscando formas más eficientes, y más ecológicas, de fabricar Hidrógeno. Una de ellas es la que presenta la revista Science, y que utiliza las cáscaras de huevo para mejorar el proceso.


Las cáscaras están compuestas en un 95% por carbonato cálcico, un compuesto que al ser calentado se convierte en óxido de calcio, un excelente absorbente de gases como el CO2.


Así lo ponen de manifiesto Liang-Shih Fan y Mahesh Iyer, dos invetigadores de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, que en pruebas de laboratorio consiguieron que el compuesto de cáscaras de huevo absorbiese el 78% del CO2 generado durante la fabricación de Hidrógeno.


La idea es aprovechar las miles de toneladas de cáscaras de huevo que van a la basura (200.000 kilos al año sólo en Estados Unidos) e incorporarlas a la producción de hidrógeno.


Su manipulación permitiría además recuperar la fina membrana que separa la cáscara del interior de huevo, un producto muy rico en colágeno, y que serviría para abastecer a los grandes centros de medicina regenerativa y cirugía estética.


Como en cada nuevo avance, las esperanzas vienen matizadas por la opinió de los expertos: "Es interesante, pero no me imagino cómo podría hacer que esto funcionase a gran escala", afirma Joseph Romm, conocido físico y autor de varios libros acerca de nuevas energías y cambio climático. Además, señala, "no soluciona los principales problema de las pilas de hidrógeno: extender su duración, y reducir el tamaño de los depósitos de hidrógeno que tienen que llevar los coches encima".

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